Sebastian salio de allí, batiendo la puerta como el típico adolescente rebelde. ¿Qué le pasa a Alex? O mejor, ¿Qué le pasaba a la humanidad entera? No podía pensar en como el destino le era tan cruel. Se monto en su auto y fue hacia donde el viento lo llevara. Tal vez era mejor eso, que seguir pensando en ella.
A pesar de la distracción de hace minutos, estaba muy concentrado en por donde manejaba, y logro ver algo a lo lejos; ¿Un saco moviéndose? Se estaciono cerca de allí y se bajo, mirando con precaución hacia aquel curioso saco que había llamado su atención. Escucho un leve murmullo y abrió el saco.
Susej se encontraba allí.
¡Estaba viva!
Estaba con los ojos perdidos, respirando entrecortadamente. Logro moverla un poco y ella lo miro.
-Sebas…-el sentía que casi podía dolerle al hablar, así que puso su dedo entre sus labios, silenciándola. Se sentía emocionado de tenerla a su lado, pero no era de la manera en la que había esperado.
Y ella solo perdió el conocimiento.
¡Hola! pues ems, no he muerto, y si, soy la misma. No me maten, ¿quieren? Se que es corto, pero para el proximo, se sorprenderan.
LAS ADORO♥